Salud

El Vitiligo y sus Mitos
María Elena Moura
No es problema exclusivo de personas nerviosas, tampoco se contagia ni es “castigo divino”. El vitiligo es una enfermedad que se caracteriza por producir manchas blancas en la piel, que puede tratarse con éxito y que debemos conocer para no aislar a quien la padece.


Al igual que otras enfermedades dermatológicas, el vitiligo se caracteriza por la decoloración de zonas de la piel, en diferentes tamaños y formas. Ha sido objeto de numerosas opiniones erróneas y contrastantes pues, por un lado, todavía persisten algunos prejuicios al respecto, heredados de épocas en que la Medicina tenía escaso desarrollo, y, por el otro, se le trata con indiferencia porque se afirma que sólo es problema estético.


Lo cierto es que estas posiciones han generado confuso panorama que deriva en burlas, discriminación o desatención médica, y ello es injustificable si tomamos en cuenta que nuestros conocimientos sobre este problema y su tratamiento han avanzado lo suficiente para dejar de lado los juicios superficiales.


Por ello, le proponemos hacer un recorrido por los mitos más frecuentes sobre esta afección, a fin de saber qué hay de cierto o falso en ellos.

¿Enfermedad divina?


Todos coincidimos en que los humanos somos seres sociales por naturaleza y que desde siempre hemos necesitado a nuestros semejantes para crear vínculos afectivos o de trabajo, pero muchas veces pasamos de largo el importante papel que la apariencia física ha ocupado en ello.
En efecto, la vista ha permitido a personas de todas las épocas y civilizaciones tener una primera aproximación a la forma de ser de otros, y muchas veces ha sido el fundamento para facilitar el acercamiento entre quienes se consideran amigables o el alejamiento de quienes lucen distintos. Sin embargo, esta forma de seleccionar relaciones es imprecisa y, cuando se ha unido a desconocimiento y supersticiones, genera rechazo hacia quienes sufren algún padecimiento que modifica la imagen personal, como el vitiligo.
Pensemos en las mujeres y hombres de la antigüedad, que no tenían explicaciones para las enfermedades que padecían; ignoraban qué problemas ocurrirían al interior del organismo y desconocían la existencia de virus o bacterias. Lo que sí les quedaba claro es que toda alteración en el funcionamiento o apariencia del cuerpo humano (diarrea, fiebre, cansancio, inflamación) manifestaba un problema de salud potencialmente mortal.


Además, como las enfermedades no eran atribuibles a alguna causa conocida, la primera explicación que se les dio fue mágica: se debían a la acción de demonios o a castigo divino y, por tanto, ocasionaban temor. Entonces, la única acción posible consistía en invocaciones y remedios por parte del curandero o chamán.


Seguramente el vitiligo despertó la inquietud desde edades tempranas en la humanidad, ya que textos como el Papiro de Ebers o Libro egipcio de los remedios (año 1500 antes de nuestra era) o el Atharva veda (libro hindú anterior al año 900 antes de Cristo) dan muestra de que los antiguos médicos trataron de ofrecer una solución.


Sin embargo, el fracaso de los tratamientos, la falta de conocimiento y los llamativos síntomas del padecimiento hicieron que éste se siguiera considerando durante siglos “problema sobrenatural” y, peor aún, se supuso que era contagioso. No en vano, al vitiligo se le llamó “lepra blanca”, poco halagador mote que se sigue utilizando en algunas regiones del planeta.


Al respecto, debemos mencionar que aun cuando no se conoce cuál es el origen de la enfermedad y que no se le ha encontrado cura definitiva, es claro que no se trata de asunto de magia. Por el contrario, los conceptos médicos actuales nos hacen saber que este padecimiento dermatológico se debe a que, por alguna razón, las células encargadas de producir melanina o pigmento de la piel, conocidas como melanocitos, dejan de realizar dicha función, dando así origen a las características manchas blancas o máculas acrómicas.


Existen varias hipótesis sobre el porqué de este problema, pero son tres las que más aceptación tienen:
•Hipótesis autoinmunitaria. Ha adquirido mayor relevancia en la actualidad y supone que, a causa de algún desorden en el sistema de defensas del organismo, los anticuerpos (sustancias normalmente empleadas en la lucha contra microorganismos invasores) atacan a los melanocitos.
•Hipótesis neurógena. Sostiene que problemas en la generación de neurotransmisores (químicos secretados en el cerebro para intercambiar información entre sus células) alteran la producción de pigmento.
•Hipótesis de la autodestrucción. Sugiere que los melanocitos son destruidos por sustancias tóxicas que se forman como parte de la síntesis (elaboración) normal de melanina.
También se han determinado factores que fundamentan algunas de estas teorías o que se presentan en cierto porcentaje de personas que padecen vitiligo. Uno de ellos es el aspecto genético pues se ha observado que entre 25 y 30% de los pacientes tienen antecedentes familiares de la enfermedad, y ello supone la existencia de factores hereditarios.
Lo anterior también descarta que la citada enfermedad sea de origen contagioso, como las causadas por microorganismos, de modo que interactuar con alguna persona que tenga este padecimiento no debe ser motivo de temor, y menos aún de burla. 


No sólo es problema de aspecto físico
De acuerdo con la Fundación Mexicana para la Dermatología, A.C. (FMD), los sitios habituales donde aparece el vitiligo son párpados, comisuras de los labios, dedos de manos y pies, así como aquellas zonas de la piel en que suceden roces frecuentes por movimiento o con la ropa (cintura, axilas y genitales).
Asimismo, a pesar del llamativo aspecto de estas manchas, muchas personas no acuden a consulta con el dermatólogo por vergüenza, porque piensan que su vida no está en riesgo o consideran que sólo es síntoma de estrés que se quita con el tiempo. Pero estas ideas —que, incluso, han sido difundidas por algunos médicos—, deben matizarse a la luz de los conocimientos actuales.
En primer término, es importante enfatizar que no se ha demostrado que las manchas blancas, por sí mismas, ocasionen problemas a la salud, pero el estado general del paciente con vitiligo debe ser evaluado a detalle porque, asegura la FMD, esta enfermedad puede ir de la mano con otras de gravedad:
•Diabetes. Es el aumento en el nivel de glucosa (azúcar) en sangre por el deficiente aprovechamiento o nula producción de la hormona insulina. A largo plazo, es responsable de problemas en riñones y vista, además de que predispone a sufrir infartos (muerte de tejido) en corazón y cerebro.
•Anemia perniciosa. Incapacidad para formar glóbulos rojos (encargados de transportar oxígeno en la sangre) por dificultad para absorber vitamina B12. Genera fatiga, dificultad para respirar, pulso acelerado, problemas para caminar, úlceras bucales, mala concentración y cambios de personalidad.
•Enfermedad de Addison. Deficiencia en el funcionamiento de las glándulas suprarrenales (localizadas en la parte superior de los riñones), misma que ocasiona debilidad, fatiga, funcionamiento intestinal deficiente y presión arterial baja, así como pérdida de apetito y peso.
•Trastornos tiroideos. La actividad disminuida (hipotiroidismo, que se manifiesta con obesidad, piel seca, cabello quebradizo, rostro hinchado y sueño constante) o acelerada (hipertiroidismo, cuyos síntomas son delgadez, sudoración, exoftalmos u ojos “saltones” y actitud nerviosa) de la glándula tiroides se vincula con la aparición de manchas blancas en la piel.
Por otra parte, observaciones realizadas por dermatólogos en consultorio y algunas investigaciones, sugieren que el vitiligo y cierto tipo de cáncer de piel (melanoma maligno) se encuentran relacionados. Todavía no se ha especificado si esto sucede por casualidad, porque ambas enfermedades tienen origen común, o bien, porque la falta de pigmento hace que la piel sea más susceptible a la exposición solar, causa comprobada de melanoma.
Finalmente, se debe destacar que el cambio de apariencia que ocasiona el vitiligo puede ser motivo de problemas psicológicos, y ello no debe minimizarse. Ante todo, la FMD asegura que esta enfermedad afecta el aspecto emocional de la persona, volviéndola irritable, agresiva o muy tímida, sin olvidar que es relativamente frecuente, pues ocupa el quinto lugar de consultas dermatológicas (la población que más acude al especialista suelen ser mujeres jóvenes).
Por ello, recomienda dicha fundación, cuando la persona descubre manchas completamente blancas de aparición súbita, sin causa aparente y sin síntomas, debe acudir al dermatólogo para confirmar el diagnóstico. De esta forma será posible detectar y controlar posibles enfermedades asociadas, así como emprender tratamientos adecuados para corregir el aspecto de la piel.
En este sentido, se han creado novedosos recursos terapéuticos para el vitiligo, como la combinación de SOD (superóxido dismutasa) y Catalasa, de Medihealth, que ha mostrado su utilidad al lograr notables índices de repigmentación de la piel, de modo que mejora la calidad de vida del paciente.




Consulte a su dermatólogo sobre este tratamiento, o bien, escriba al correo electrónico valcantar@medihealth.com.mx, o llame al teléfono (01 55) 9000 5758 al 61 para recibir mayor información.
Foto. AVADRA 2010